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jueves, 2 de julio de 2020

JOKER --> Película 2019

Video viral del Joker: Revelan detrás de cámaras del famoso baile ...La película Joker, llamada Guasón en esta parte del mundo, relata la vida de Arthur Fleck, un hombre fracasado de unos cincuenta años, cuya máxima aspiración es convertirse en un comediante. Él siente que su misión en esta vida es hacer reír a las personas. Ironías de la vida, su presencia, hasta ese momento, solo inspira lástima y repulsión.
Asistimos a la  película  para ver la construcción de un personaje siniestro, un personaje que en un principio tiene como objetivo, una noble misión. Él es soltero, vive en casa con su madre a quien ama con todo el corazón y a quien cuida para que no le falte nada. Trabaja en una empresa en la que tiene que ganarse la vida como payaso en diversos eventos. Su jefe es un hombre con poca empatía y mucha exigencia. También sufre de una enfermedad que le hace difícil socializar pues cada vez que tiene un asalto de ansiedad, le dan explosivos ataques de estentórea risa que más parece un rugido de lamento y desesperación; ante esto, la gente lo rechaza. Su perfil bajo hace que vea al mundo desde su timidez y su desesperanza. Admira la figura de  Murray Franklin, un veterano de los programas de entrevistas, y esto lo lleva a tomarlo como modelo del padre ausente que tiene. Para cerrar la descripción, diremos que por la enfermedad que tiene, debe medicarse constantemente, la asistencia social del estado le permite hacerlo con regularidad, pero ante un recorte de presupuesto, la asistencia desaparece. Siempre pasa así en la vida real. ¡En fin!
En la película, podemos ver el giro lento que da el personaje, que va desde su fracaso total hasta erigirse en una apoteosis que lo transforma en una especie de dios maligno en el que se complacen miles de personas que, como él, no tienen voz ni esperanza. 
Para la construcción de un ser humano, en cualquiera de sus órdenes, hace falta que la sociedad, la familia, los amigos, jefes, subordinados, homólogos: todos, confluyan de cierta manera para que, guiado por el yo interior del protagonista, se construya un ser humano. Los elementos periféricos, llámese realidad, que rodean a Arthur Fleck, tomaron su esencia débil, derrotada y maleable, para que a partir de un hecho común: unos chicos abusivos trataban de aprovecharse de una señorita en el metro. Él es el único testigo de ese acto. Ante la escena, entra en pánico y le viene su ataque de risa macabra. Los maleantes tratan de darle una lección, pero, él -las casualidades están donde uno menos lo espera- posee un revólver que usa para matar a los tres hombres. Al primero, con miedo y dudas, al segundo con furia y al tercero con placer. Su acto de liberación había llegado y se lo proporciona la sociedad perversa que se debería encargar de cuidarlo y educarlo. Luego, las circunstancias (como dice Coelho) confluyen para que su deshumanización sea mayor. Se entera de que su padre es Thomas Wayne, quien trató de ocultar su existencia. Esto ahonda su destrucción pues, cuando le reclama por todo, descubre que su madre no solo fue cruel con él, sino que permitió que lo torturen de niño. Esto casi cierra el ciclo de su deterioro interior, pero faltaba algo. Murray Thomas, su ídolo, al que consideraba como al padre que nunca tuvo lo invita a su programa para burlarse de él. Esta fue la gota que derramó el vaso. Arthur Fleck asiste vestido como Guasón. Seguro de sí mismo. Dueño del mundo. Pasa siempre. Cuando alguien descubre cuál es su rol en este mundo y se sabe bueno para ello, manifiesta en su persona un aire de suficiencia tal, que toda su persona le dice al mundo que es bueno para algo. Así, Arthur Fleck, hombre fracasado y triste antes, ingresa ahora soberbio y dueño del mundo al estudio de Murray Franklin. Es ahí donde exhortará al mundo en un llamado a la reflexión sobre lo que estamos haciendo con las personas desde todos lados. ¡Qué estamos haciendo con nuestros hijos, con nuestros alumnos, con nuestros empleados, jefes, amigos, vecinos padres, madres, hermanos...! Somos una sociedad pervertida que solo se destruye a sí misma esperando que lo demás hagan algo.
Pero, dentro de toda esta vorágine de miseria, surge una luz de esperanza. En la escena en la que Arthur Fleck mata a su compañero Randall, quien le entregó el arma de fuego para que pueda defenderse de malas personas, deja libre a Gaggy, el enano compañero de trabajo, con el argumento de que él fue el único que mostró respeto por su persona. Esto, sin duda, ha pasado desapercibido siendo trascendental. Un hombre, camino hacia la autodestrucción más salvaje, tiene reparos solo en una persona, ni su madre se salvó de su dolor y su odio, solo un enano sumiso que lo trató con respeto y que nunca se burló de él. Esto constituye una crítica muy honda de la película a todos nosotros. Un llamado a nuestra reflexión como sociedad que no se está considerando.
En la actualidad, miles de Arthur Fleck viven escondidos en todo el mundo esperando la apoteosis que los transformará en Jokers, mientras que los demás, cada día, tenemos la oportunidad de cortar esta cadena con un sencillo pero monumental gesto de suprema amabilidad.